El director del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia, Carlos Eduardo Valdés, dijo que los once militares muertos en Boyacá en un ataque del Ejército de Liberación Nacional (ELN) no presentan "tiros de gracia" y que no hay "signos de tortura".

"En ninguno de los cuerpos se encontraron signos de disparo a contacto. Descartándose lo que se llama tiros de gracia", señaló Valdés a periodistas al entregar las conclusiones que dejaron las autopsias de los 12 muertos del pasado lunes.

Los once militares y el policía fallecidos hacían parte de una patrulla que transportaba los votos depositados en un resguardo indígena de la comunidad U'wa durante los comicios locales y regionales del pasado domingo en una zona rural del municipio de Güicán.

El funcionario agregó que "en todos los casos se descartó la presencia de uso de explosivos".

Horas antes el ministro colombiano de Defensa, Luis Carlos Villegas, dijo que el ELN puso minas alrededor de los cuerpos de los 12 uniformados muertos.

El director de Medicina Legal también señaló que "las trayectorias intracorporales dan cuenta de que la mayor cantidad de los impactos fueron recibidos en la cabeza y tórax y miembros. No podemos afirmar nada diferente. El estudio de las prendas de vestir confirmaría si las distancias de disparo fueron a larga o corta distancia".

Igualmente indicó que por los estudios de las lesiones en los cuerpos "todos presentan trayectorias de disparos hechos a larga distancia. No hay ningún signo de tortura ni de tratos crueles, inhumanos o degradantes".

El ELN admitió en un comunicado, el martes, la autoría del ataque a una patrulla del Ejército y aseguró que los fallecidos son 18 y confirmó que tiene en su poder a los soldados profesionales Andrés Felipe Pérez y Kleider Antonio Rodríguez quienes "serán liberados en los próximos días por lo que exigimos garantías de seguridad para ellos del Gobierno nacional".

EFE